
La inversión privada continuó su tendencia alcista iniciada a principios de 2024 y en el segundo trimestre de 2025 registró un crecimiento de 9,0 por ciento interanual, acumulando seis trimestres consecutivos de avance, informó el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).
La inversión privada se desenvolvió en un entorno de confianza empresarial favorable, con expectativas a 3 y 12 meses que se mantuvieron en el tramo optimista, en niveles similares al del trimestre previo. Las condiciones financieras siguieron flexibilizándose, reflejadas en menores tasas de interés activas, especialmente para el segmento corporativo y de grandes empresas, mientras que las importaciones de bienes de capital continuaron creciendo a tasas de dos dígitos
Por componentes, el desempeño del periodo estuvo caracterizado por la expansión a dos dígitos de la inversión no residencial no minera, así como por el avance, por segundo trimestre consecutivo, de la inversión residencial y de los desembolsos en el sector minero.
La inversión no residencial aumentó en 11,0 por ciento, impulsada por mayores desembolsos destinados a la ampliación y renovación de la capacidad instalada, en concordancia con el crecimiento interanual de 13,6 por ciento de las importaciones de bienes de capital –excluyendo materiales de construcción y teléfonos móviles–. Este resultado respondió principalmente a mayores adquisiciones de maquinaria pesada, vehículos de carga y equipos industriales.
En el ámbito residencial, la inversión continuó consolidando su recuperación, pasando de un crecimiento de 2,8 a 3,2 por ciento, tras la contracción del año anterior. Este repunte se explica, en gran medida, por la autoconstrucción, en línea con el mayor consumo interno de cemento y un aumento en las colocaciones de créditos hipotecarios, impulsadas por menores tasas de interés y bajos niveles de morosidad. También influyeron los menores precios de materiales de construcción, junto a la mayor importación de estos con respecto al año anterior. De manera complementaria, los incrementos en el empleo y en los ingresos reales en el mercado laboral formal brindaron soporte adicional al gasto de los hogares.