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Existe una concepción la sociedad que el líder debe saberlo todo. Es una concepción equivocada. Ninguna persona, menos el líder, debe ser “todista” (que todo lo sabe y todo lo hace). El líder no debe creerse que es la única persona que piensa. Tampoco que nada se hace bien, si no está su aporte. En el liderazgo, es todo lo contrario. Las otras personas también piensan y hasta pueden tener mejores ideas para determinada gestión.
De lo que se trata es que, mediante una actitud prudente, tolerante y paciente se puedan tomar decisiones correctas que no perjudiquen a terceros, ni limiten sus derechos.
Un líder tiene visión de futuro, porque mediante su postura imagina los próximos escenarios como resultado de su proceder o experiencia. El líder reflexiona acerca de cómo sucederán las cosas, aún cuando dice algo, calla o actúa. Se proyecta al futuro y visualiza diversos escenarios, analizando cada uno con discernimiento y prudencia. Obviamente que hay situaciones que se presentan en el momento y requieren respuestas rápidas y oportunas. Nada se hace “a la loca”, sin evaluar los resultados.
Hacer lo contrario, actuar sin evaluar, es necedad, impaciencia, falta de tolerancia, enojo y hasta violencia. Un verdadero líder que influencia en los demás, está lejos de estas realidades.
El líder también es justo, Es decir, la justicia es su estandarte y siempre actuará con equilibrio. La prudencia es parte de la integridad que es la totalidad en el liderazgo.
La prudencia, la tolerancia y la paciencia son virtudes que caracterizan al líder que sabe discernir el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto. Se requiere cierta capacidad de análisis y ética para adoptar estas virtudes como estilo de vida. Suele, muchas veces, hablar de estos temas desde la perspectiva religiosa, pero no se necesita ser religioso para aprender ciertas cualidades. Claro está que las personas cristianas tienen mayor entendimiento del tema por cuestiones éticas, pero aquí no hablamos de religión, sino del liderazgo humano.

Pareciera que una persona prudente está más cerca del cielo que del infierno, y sospecho que esta frase es verdad. En la historia vemos que con prudencia se evitaron guerras, muertes y actos de violencia, por el contrario, se lograron victorias y hasta se ganaron laureles.
En el liderazgo todas estas cualidades se trabajan y se aprenden, siempre y cuando las personas tengan valores y principios éticos. Demanda tiempo y esfuerzo. Se trata de trabajar en las vidas de las personas como se hace con el discipulado o consejería.
En el trabajo que desarrollo con mi esposa en la Consejería Matrimonial, por ejemplo, observo que muchos problemas de las parejas se hubieran evitado si sólo aplicaríamos un poco de prudencia en los cónyuges. Hasta se evitaría entrar en psicoterapias. Sin embargo, la falta de prudencia trae siempre problemas, malentendidos y hasta decepciones.
Se puede comprender que la imprudencia forma parte de la vida de los adolescentes, precisamente, porque ellos están en la etapa de la transición de la niñez a la juventud, pero cuando la imprudencia permanece en la adultez, la situación muchas veces es difícil.
Por esas razones, siempre recomendamos que quienes aspiren un liderazgo emprendedor, ético, empresarial, académico o político; la prudencia, tolerancia y paciencia, siempre serán los mejores compañeros del éxito.
Admitimos que es difícil asimilar enseñanzas cuando la persona es adulta, pero nada es imposible. Al final de cuenta, estas cualidades son parte del estilo de vida que sólo los verdaderos y auténticos líderes la tienen.
No se desanimen. ¿Se puede aprender a ser prudente, tolerante o paciente, en estos tiempos de competitividad y cambios bruscos en la sociedad global? Sí, si es posible. Demandará tiempo, convicciones por parte de quienes desean aprender y tomar buenas decisiones para convertirse en los nuevos líderes que nuestra sociedad necesita.
(Tomado del libro “CLAVES DEL LIDERAZGO EMPRENDEDOR” del autor).
CESAR SANCHEZ MARTÍNEZ (Lima 1957). El autor es escritor y periodista colegiado, especializado en Economía y Liderazgo. Se formó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Universidad ESAN. Ha realizado estudios de especialización en Buenos Aires y Montevideo. Ha ganado algunos Premios de Periodismo y tiene escrito más mil artículos en diversas publicaciones de América Latina, Estados Unidos y España. Como coach-mentor es conferencista en temas de Liderazgo Emprendedor y es director del diario digital CERTEZA y del blog del mismo nombre que tiene más de medio millón de visitas. También dirige el blog periodístico evangélico SCRITURA que registra más de 13,000 visitas.